PONIENDO EL CORAJE DE EVA Y HONRANDO LA LUCHA DE ERNESTO

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jueves, 18 de septiembre de 2008

LAS MADRES. LOS HIJOS. LOS LÁPICES.


1977 - 30 años de vida venciendo la muerte - 2007



La Asociación Madres de Plaza de Mayo fue invitada a participar a un acto en el Colegio Nacional de la Universidad Nacional de La Plata. A 32 años de la noche de los Lápices.
Estuvieron presentes, además, los ministros Juan Carlos Tudesco, Florencio Randazzo y Julio de Vido, el gobernador Daniel Scioli, y su vice, Alberto Balestrini, el intendente Pablo Bruera, el Presidente de la Universidad Nacional de La Plata Gustavo Aspiazu y el rector del Colegio Nacional de La Plata Gustavo Oliva.
Las palabras de Gustavo Oliva, agradeciendo los aportes del gobierno nacional para reconstruir el edificio centenario, inspiraron a la Presidenta que recordó los años 70 en la ciudad de La Plata, e inclusive una marcha en repudio al golpe de Allende, que la llevo a mencionar su presencia ayer en Chile, en la Casa de la Moneda para solidarizarse junto a los mandatarios de UNASUR con el pueblo boliviano y su presidente Evo Morales Ayma.
Cristina Fernández señaló que “todos los pedazos vuelven a juntarse y pudimos volver a reconstruir” y que hoy el recuerdo no tiene que ser de tristeza, “al contrario, tiene que ser de alegría, porque en aquellas épocas duras, de enfrentamientos, había también alegría porque se quería cambiar un mundo y una sociedad que la vivíamos como injusta”.

Estuvieron presentes, también, Emilce Moler, una de los sobrevivientes de aquella masacre, junto a Pablo Díaz, Gustavo Calotti y Patricia Miranda, y familiares de los desaparecidos Claudio de Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel Racero, Daniel Favero y Horacio Úngaro.

Tras finalizar el acto, las Madres se dirigieron a la explanada del Ministerio de Obras Públicas, donde cada año finaliza la movilización que los estudiantes secundarios realizan para reivindicar a los jóvenes desaparecidos. Allí Hebe de Bonafini dirigió las siguientes palabras a los estudiantes:
“Cuando uno escucha fechas y recuerda momentos, pensamos en tantos, en tantas noches de los lápices que vivimos, en esta ciudad sobre todo. Pero también en otras: ‘La noche del apagón’, en Jujuy; ‘La noche de las corbatas’, de Mar del Plata; ‘La noche de los lápices, por supuesto, hoy estamos acordándonos, La noche, también, de los compañeros de los ingenios, y la noche de cada una nosotras, cuando empezaban a llevarse a nuestros hijos. Cada día las madres tenemos un día: una mira y dice ‘hoy es la fecha en que se llevaron a mi hijo’, ‘hoy cumpliría años’. Al otro día viene otra y dice ‘hoy me destruyeron y quemaron la casa’. Todos los días, todas las horas y todos los minutos es para acordarnos de ellos, de los 30.000, de los que dieron la vida por este país, de los que dieron la vida para que hoy nosotros podamos estar acá. Ustedes son muy jovencitos y están empezando una lucha. A mí me pone muy feliz ver que los jóvenes comiencen la lucha, me parece maravilloso porque los jóvenes tienen que ser rebeldes, lo más rebeldes posible, no formando tribus como se acostumbra ahora. La rebeldía hay que ponerla donde hay que ponerla, que es donde hay que poner los huevos para luchar como revolucionarios.
Y una cosa también les digo chicos. Muchas veces nos dicen que somos pocos o a veces ustedes quieren armar una reunión y no vienen todos, los llaman, vienen la mitad. Las Madres empezamos catorce. Catorce madres, nadie nos quería dar bola. Decían ‘están locas, van a enfrentar a la dictadura en una plaza, las van a matar’. Sí, algunas de nosotras desaparecieron, algunas de nuestras madres desaparecieron, es verdad, y nos ponían siempre presas. Pero cuando uno tiene un objetivo claro, que supuestamente es el que ustedes se tienen que marcar, que es hacer este país, construir este país, poner todo lo que son, que tienen ustedes, para que este país sea el que quisieron los chicos de la noche de los lápices. No nos olvidemos de ninguno de los 30.000. Ustedes van a hacer los responsables de que este país sea lo que todos queremos, lo que todos nos merecemos. Y no importa cuando nos dicen que somos pocos, siempre nos dicen que somos minoría. Si nosotros les hubiéramos hecho caso a los políticos, que nos decían ‘están locas, las van a matar’, hoy no estaríamos recordando aquí la noche de los lápices.
Es maravilloso que la juventud luche pero vuelvo otra vez a hablar de nuestros hijos. Lucharon y eran felices y si ustedes alguna vez piensan que están cansados, traten de volver a un momento de felicidad. Porque cuando uno se cansa de luchar, ya no está haciendo las cosas bien. La lucha nunca nos puede dar cansancio, la lucha tiene que ser apasionada, revolucionaria, con todo lo mejor que tenemos y también a ser felices, aprender a cantar, a disfrutar de la vida. Ser rebelde no quiere decir que hay que estar todo el día pensando en la revolución.
La revolución se hace cada mañana cuando uno se levanta y dice ‘qué carajo voy a hacer hoy por el otro’. Y metense en la cabeza: ‘el otro soy yo, el otro soy yo, el otro soy yo’; y así vamos a construir este país, cuando pensemos en el otro. Qué le pasa al otro, me pasa a mi, y la verdad ajustada como un guante y traten, por todos los medios, cuando los difaman, porque hoy no hay oposición, hay difamadores, no hay oposición por desgracia, ojalá hubiera una oposición seria, hace falta la oposición para gobernar pero hoy hay difamadores. No hay que contestar la difamación. A la difamación se responde con laburo, con marchas, con trabajo y sintiendo que la revolución llega inexorable, lentamente, a cada uno de nosotros, primero para después hacer la revolución entre todos. Gracias”

1 comentario:

Anónimo dijo...

las madres, los hijos, los lapices...

muy bueno.

aunque un poco oficialista lo tuyo.

igual muy bueno.

sandra