PONIENDO EL CORAJE DE EVA Y HONRANDO LA LUCHA DE ERNESTO

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domingo, 29 de noviembre de 2009

Los desaparecidos economicos.


En una encuesta realizada por uno de los diarios de mayor tirada del país se señala que para un 29 porciento de la población la inseguridad es el problema social que más preocupa.
La pobreza, que puede definirse como la incapacidad de una familia de cubrir con sus ingresos las necesidades básicas, le sigue 15 puntos abajo.
Según un informe presentado este año por el Fondo Monetario Internacional la cifra de personas en extrema pobreza vacila entre 55 a 90 millones en todo el mundo.
En la Argentina, ellos, los pobres están ahí. No son parte de las postales del barrio de La Boca, aunque de noche duerman pegados a las vidrieras, no salen en la foto pero es difícil no verlos.
Ellos tampoco son solo los que abren las puertas de los taxis, los botelleros, los trapitos o los cartoneros. También son los que llenan los estadios en cada cierre de campaña, los que aplauden desde la tribuna escuchando las promesas de algún improvisado salvador de la patria.

¿Podemos creer entonces que las 8 millones de personas que están debajo de la línea de pobreza en argentina, de repente amanecieron pobres?
No, son los desaparecidos económicos, que durante décadas quedaron excluidos de una sociedad que miro históricamente hacia otro lado.
Una sociedad que no tiene reparo en autocombocarse para aclamar por seguridad, por libertad de transito, para reclamar ahorros o para apoyar un lockout patronal, pero que mira a la pobreza desde lejos, temerosa de acercársele un poco.
En el verano de 2002, una nena de ocho años aparecía en un programa de televisión llorando de hambre, mientras, en la Capital Federal cientos de ahorristas se juntaban en las puertas de los bancos para protestar por el corralito bancario.
La sociedad argentina ignora masivamente la urgencia del hambre y la pobreza, salvo que algún medio o institución inescrupuloso la utilice para ocultar otros problemas, nunca más graves, sino mas inconvenientes.
Este año, el Vaticano difundió un comunicado en el que llamaba “escándalo” a la pobreza argentina, pero esta no es un escándalo, si lo fuera, la sociedad en la que vivimos ya le habría prestado atención, ¿no es esta una sociedad especialista en deslumbrarse con escándalos?

La pobreza es una tragedia, el escándalo es la riqueza y su perversa distribución.



NINGUN PIBE NACE CHORRO.

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