PONIENDO EL CORAJE DE EVA Y HONRANDO LA LUCHA DE ERNESTO

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martes, 30 de septiembre de 2008

Joan Manuel Serrat*

...Y cuando canta le tiembla el corazon en la garganta...



"DETRAS ESTA LA GENTE QUE NECESITA TU MUSICA BENDITA MAS QUE COMER..."


Nace el 27 de diciembre de 1947 en Barcelona, en el barrio obrero de Poble Sec, en la calle Poeta Calanyes. Es el menor de sus dos hermanos. Su padre Josep, es un catalán chofer de taxi, mientras la madre, Angeles, nacida en Orgón, es costurera.

El pequeño Juanito estudió desde los tres hasta los diez años en las escuelas Pías de San Antonio, de los Padres Escolapios. Posteriormente continuó sus estudios en el Instituto Mila y Fontanela de Barcelona, en donde permanece hasta los trece años, edad en la que se trasladaba como alumno interno a la Universidad Laboral de Terragona, lugar donde aprende el oficio de mecánico tornero y fresador. Al terminar, decide continuar los estudios como Perito Agrícola.

Ya en aquel entonces lo acompañaba una guitarra, de la cual comienzan a nacer sus primeras creaciones. En 1961, junto a otros tres compañeros de estudios: Jordy, Tony y Manuel, forman el cuarteto, lo que fortalece la vena musical de Joan Manuel Serrat. Alcanza a matricularse en la Facultad de Ciencias Biológicas para continuar sus estudios. Realiza el servicio militar en las Milicias Universitarias, donde obtiene la mejor calificación.

Las composiciones del joven Joan Manuel Serrat llevan un estilo inconfundible. Existe una influencia que mezcla estilos de George Brassens y Jacques Brel, junto a música latinoamericana: Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, el bolero, el tango, una mezcla maravillosa propia del ambiente de Barcelona, una urbe cosmopolita por excelencia. Esas primeras canciones eran una combinación de experiencia sintetizadas en un lenguaje altamente poético, el catalán. El catalán, subordinado a la cultura oficial, relegado a segundo plano por el centralismo impuesto por el franquismo, como una emoción cultural condenado al atraso o a la extinción, vivía plenamente en el pueblo. Serrat estudió en castellano, idioma oficial, pero se permitió el derecho de utilizar el idioma de la calle, de los amigos, de sus juegos y aventuras para crear sus primeras canciones.

En aquella misma época, Radio Barcelona a través de Salvador Escanilla, mantenía el programa "Radioscope", donde se presentaban nuevos artistas catalanes en un programa transmitido desde el auditorium del "Estudi Toresky".Así una mañana de 1964, Escanilla presenta a un atemorizado Serrat. Aquella actuación logra gran interés y acogida por parte del público. Joan Manuel Serrat es animado a continuar en su recién estrenada carrera. Es contratado por una compañía de discos que comienza a publicar sus primeros éxitos "Ella de dexia", "Una guitarra", "La mort de l´avi" hasta llegar al triunfo definitivo con "Canco de Matinata" y "El dropaire". Joan Manuel se convirtió en artista reconocido, con discos que se vendían bien y canciones que se escuchaban en las radios.

"Ella de dexia" era una canción de amor inspirada en una niña con la cual había estado relacionado sentimentalmente. Su popularidad en Barcelona y en toda la región, queda reafirmada cuando aparece "Ara que tine vint ans", popularidad que traspasaba todo el territorio español, a pesar de que su autor le cantaba en catalán.

Llega el año 1968.En enero, Televisión Española, comienza a buscar al cantante que representará al país en el festival de Eurovisión a realizarse en Londres. Se escoge entre los más populares y Serrat resulta el elegido. La canción seleccionada se llama "La, la, la", composición que pertenece a Ramón Arcusa y Manuel de la Calva (El dúo dinámico), la cual es interpretada admirablemente por Serrat, con buenas críticas y presentaciones en la T.V. Española. Joan Manuel Serrar realiza una pequeña gira de promoción por diversos países europeos, cantando sus propios temas
Llega Marzo y Serrat reconsidera su posisión: el "La, la, la" es una nana inspirada en tradicionales canciones catalanas y exige cantarla en catalán. Televisión Española no acepta y Serrat decide renunciar antes que cantar en castellano. La prensa lo ataca furiosamente , como toda campaña de prensa en tiempo dictatorial. Televisión Española nombra a Massiel en vez de Serrat la cual vence en Londres en triunfo compartido.

El monopolio de la T.V. Española, en manos del estado, cierra las puertas a Serrat. Muchas radios hacen lo mismo con sus temas. Joan Manuel Serrat no se deja aplastar.

Posteriormente, Serrat, después de haber publicado sus trabajos en catalán, graba un L.P. en castellano: "A Antonio Machado, Poeta", en donde musicaliza versos del poeta republicano que falleciera en su exilio en Colliure (Francia) en Febrero del ´39.La reivindicación de Machado, un poeta postergado de la merecida difusión de su obra, le gana mayores adeptos en el público español; los textos de Machado que sintetizan poesía y filosofía, entroncan perfectamente con el estilo de Serrat, en la reflexión de vivir, en la visión crítica ante los convencionalismos sociales y, el amor al pueblo, a su humildad y esperanzas.



Este L.P. además abre las puertas al mundo del habla hispana que le lleva a México, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y Argentina. Esta gira abarca la mayor parte del año 1969.

El éxito de Serrat en América Latina es inmediato. La canción "Tu nombre me sabe a hierba" es un hit continental. La canción "Fiesta", editada en un single, en pocos meses vende más de 2.000.000 de ejemplares. Sin embargo la decisón de Serrat de cantar en castellano le trae problemas con su antiguo grupo de cantantes catalanes ("Els Setze Jutges"), los que sostenían la posición de cantar exclusivamente en catalán, para ellos Serrat era algo así como un traidor, pero Serrat estimaba que sus canciones podían y debían ser apreciadas por un público mayor. Si ello le valió enemistades, el tiempo le dió la razón.

Sus canciones hacen volar a miles de personas hacia paisajes, pueblos polvorientos, regiones soleadas, mares, cielo, amantes, con un lenguaje de enorme claridad descriptiva y comunicativa, ligado a una capacidad que le incorpora ritmo y humor a cada uno de sus temas. Sucesivamente viaja a Latinoamérica, cosechando éxito tras éxito. Por primera vez el Teatro Bellas Artes de Ciudad de México permite la actuación de un cantante español.

En el año 1972 aparece el L.P " Mediterráneo" y también graba y musicaliza poemas de otros escritores perseguidos por el franquismo.

En el año 1973, la prensa sensacionalista descubre escandalizada que Serrat tienen un hijo con una modelo catalana. Ese ,mismo año trae la vuleta a las pantallas de televisión en España, con un especial titulado " A su aire" grabado en la Alianza sew Poble Nou de Barcelona. Era el merecido reconocimiento a la actividad y producción creativa que no podía ser eternamente postergada. Pero que apareciera en televisión no quiere decir que se acabaran las complicaciones. Las radios españolas censuraban sus temas o los omitían de sus programaciones. Sus declaraciones siempre llevan un acento de escándalo.

En 1971 se pronuncia contra el proceso de Burgos, un juicio político contra dirigentes opositores, lo que le ganó mantenerse en la lista de perseguidos. En el año 1975 el régimen franquista, en otro juicio político condena a muerte a un grupo de militares del Frap. Cuando la ejecución se lleva a cabo Serrat se encuentra en México y en rueda de prensa condena al régimen franquista y las medidas represivas. El gobierno de Madrid replica y le impide volver a su patria y lo deja en el exilio.

Serrat decide quedarse en México. Junto a sus músicos, habilitan un microbús que bautizan " La Gordita" en el cual realizan giras por varios países. Es un periodo duro, del cual no sale ninguna composición nueva. Once meses alcanza a durar el exilio, la muerte de Franco apresuró la transición hacia la democracia, a pesar de todo, la experiencia para Serrat sería resumida así: "Mi exilio fue corto, pero lo recuerdo como la época más tenebrosa de mi vida. Fueron días de soledad y vacío".

En agosto de 1976, gracias al decreto de amnistía que permitió el retorno de todos los exiliados políticos españoles desde la guerra civil, Serrat volvió a su Barcelona natal con una multitud esperándolo en el aeropuerto. Desde este momento Serrat comienza en una etapa de reflexión y readaptación. Los recitales son exitosos y no necesita preocuparse por reafirmar su éxito. El LP " Ciudadano" refleja esta etapa de su creatividad.

En el año 1978 se casa en secreto con María Luz Tiffón llamada cariñosamente por sus amigos " Candela" con quien tiene una hija. La muerte de su padre significa un hecho muy duro para Joan Manuel.

En 1980 edita casi simultáneamente dos álbumes uno en castellano titulado "Serrat en tránsito", y el otro en catalán " Tal com Raja", el cual le significa un disco de oro por sus ventas. Ambas producciones le permiten identificarse ya con el público más joven, con las nuevas generaciones. Nueva giras llenas de éxito por América latina enmarcan la actividad de Serrat en estos años. El LP " Cada loco con su tema" termina por consolidar la imagen de Serrat en esas latitudes. En junio de 1983 el Ministerio del Interior en Chile decreta la prohibición para Serrat de ingresar al país.

El siguiente LP constituye una obra de lujo. Conjuntamente con Mario Benedetti, dan forma al álbum " El sur también existe" en donde canta la historia inmediata de latinamérica, cercana, palpable y esperanzadora. Curiosamente esta producción tiene mayor aceptación en España que en América Latina.

En 1988 Serrat viaja a Chile con el propósito de apoyar la " Campaña de NO" para el plebiscito de aquel año. Entonces tampoco se le permitió descender del avión que lo traía desde España, su presencia quedó apenas en un mensaje difundido a través de la radio.



Joan Manuel Serrat ha roto fronteras y en Latinoamérica es una institución, pero una institución no tradicional, algo que se identifica con lo que aflora de nuestros sentimientos. El amor, los padres, los hijos, las personas simples y su ambiente, el humor crítico a lo establecido tantas cosas que nos son fáciles de comprender, las cuales hemos llorado o reído en un esfuerzo por sobrevivir.



ASI EN LA GUERRA COMO EN LOS CELOS

Así en la guerra como en los celos
sangre, sudor y lágrimas quedan
al paso de los heraldos negros
que nublan la verdad y envenenan.

Rumbos perdidos a flor de tango.
Cuentas pendientes, rencores viejos

con viento, polvo; con lluvia, fango.
Así en la guerra como en los celos.

Un azote en el alma que te empuja a correr.
Un eclipse total de la razón.
Una venda en los ojos que no te deja ver.
Una mortaja negra en el corazón.

Así en la guerra como en los celos.

De los infiernos, fuego y ceniza
A las tinieblas, ceniza y fuego.
Caricias vueltas papel de lija.
Asi en la tierra como en los celos.

Exilio del que jamás se vuelve.
Cizaña que deja el vergel yermo.
A hierro mata y a hierro muere.
Así en la tierra como en los celos.

Un azote en el alma que te empuja a correr.
Un eclipse total de la razón.
Una venda en los ojos que no te deja ver.
Una mortaja negra en el corazón.

ASí en la guerra como en los celos.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Mario Benedetti*


Mario Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de Toros, en Tacuarembó, Uruguay, fruto del matrimonio entre Brenno Benedetti y Matilde Farugia. La economía familiar se vio seriamente afectada por un engaño que sufrió el padre de Mario y así con tan sólo 4 años, la familia se trasladó a Montevideo (no en vano en Montevideo vive más de la mitad de la población de Uruguay, el mayor porcentaje de población que vive en una capital de toda Sudamérica). Este engaño condujo a tiempos difíciles para la familia Benedetti que tuvo que vender multitud de objetos de valor para seguir adelante y que obligó a Brenno a la clandestinidad económica para evitar a los acreedores y en busca del soñado empleo público, un auténtico sueño en el Uruguay de la época en el que el sueldo de un funcionario era inembargable y echarlo era casi una cuestión de Estado. Mario estudió en un colegio alemán, en parte por la admiración que el padre tenía por ese país. De esta experiencia, además de aprender el idioma, aprendió el gusto por el trabajo bien hecho y por la puntualidad. Pero en 1933 el padre le obligó a salir del colegio, ya que en éste obligaban a utilizar el saludo nazi, otro año en un Liceo y termina su educación.
A partir de 1935 empieza a trabajar en Will L.Smith en el que hará prácticamente de todo: contabilidad, cajero, taquígrafo, vendedor hasta que en 1939 y acompañando como secretario al líder de la secta Raumsólica (de la que formaron parte también su familia y la familia de Luz, la que después sería su esposa) se fue a BsAs en donde por un sueldo muy escaso y en unas condiciones bastante pobres hizo también un poco de todo. De todas formas esta época fue importante en tanto en cuanto fue en la plaza San Martín donde solía a ir a leer (es un lector compulsivo, aunque en esos tiempos se tuviese que conformar con leer compulsivamente libros de ediciones de bolsillo baratísimas, probablemente compradas en Corrientes) y donde leyendo al poeta Baldomero Fernández Moreno supo a ciencia cierta que él podía ser poeta, que las poesías que leía estaba hecho con lo mismo de lo que estaban hechas sus penas y sus alegrías.

Además por esa época Mario escribía poemas de amor a Luz (que ella nunca contestó). De todas formas, desengañado con la farsa que resultó la secta volvió a Montevideo, ésa sería una época muy importante para él por dos cuestiones. Primero porque consiguió el soñado puesto de funcionario en la contaduría general de la Nación, donde iría ascendiendo poco a poco y que compaginaría con otros "laburos" para completar su sueldo. Por otro lado cayó enfermo de tifus, de hecho fue el primer funcionario en caer enfermo de este modo ("tuve este honor"), así estaría 2 meses de fiebres y diarreas en los cuales perdió 14 kilos que representaban por aquel entonces 1/4 del total de su peso. Luz fue a visitarle durante su enfermedad y tuvo un proceder no tradicional y hasta diría prohibido y antihigiénico que a él le pareció conmovedor y le robó el corazón para siempre: lo besó en sus labios contagiosos y cuarteados ("hasta el momento yo no había creído que fuese tan tierna, inconsciente y osada").

Así que el 23 de marzo de 1946 Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farrugia ("Yo me llamo Brenno, también mi padre y mi abuelo tenían ese nombre, tengo tíos que se llaman Brenno, en fin, este nombre parece ser nuestro distintivo, como la marca de fábrica") se casa con Luz López Alegre ("Es que casarse con alguien que lleva la luz y la alegría en su nombre parece una buena inversión") a la que había conocido desde que eran niños ("Tardé 6 años en decírselo y ella un minuto y medio en aceptarlo").

En el 47 viajan con sus suegros a Europa (el padre de Luz se morirá de alegría al llegar a Galicia) que será el preludio del viaje que hará en 1957, mucho más largo. Por aquel entonces escribe "La víspera indeleble", de la que no venderá ni un sólo ejemplar, aunque los ánimos que le darán algunas personas, como Juan Cunha, un poeta que trabajaba en el diario Marcha (Le dijo: "Es un mal libro de un buen poeta") le empujará a escribir "Sólo mientras tanto" del que esta vez venderá 9 ejemplares, un porcentaje infinitamente mayor que el anterior libro, lamentablemente las proporciones no podían seguir este ritmo.


Fué en 1949 cuando escribió su primer libro de cuentos "Esta mañana", ya se empiezan a dibujar los personajes por excelencia Benedittianos, varones y mujeres poco interesantes que se meten en amores o desamores tampoco demasiado interesantes. Pero no será hasta 1950 cuando a través de la lectura del escritor Italo Svevo defina su estilo definitivamente. Svevo será a la prosa como Fernández Moreno a la poesía, salvo que esta vez lo que hará será más bien confirmar el rumbo ("sus personajes son, en general, seres mediocres, más o menos custodiados (no agobiados) por su conciencia. El narrador sólo quiere brindar una visión directa de esa mediocridad y usa para ello las formas manidas del lenguaje coloquial").


En 1953 escribe "Quién de nosotros" su primera novela (exceptuando la que escribió a los once años) y que tendrá que esperar al tirón de "La Tregua" para ser leída con atención, de momento pasará de puntillas por la crítica. En esta época ya colabora activamente en "Marcha", pero no puede descuidar su empleo como funcionario.

La relevancia como poeta la encontrará definitivamente con sus "Poemas de la oficina" que tendrá un rotundo éxito, no en vano "Uruguay es la única oficina que ha conseguido el estado de República".

Pero uno de sus años más importantes fue sin duda alguna 1959 que marcó, yo diría de manera casi definitiva su trayectoria política. En este año viaja a E.E.U.U., a pesar de las reticencias por darle el visado de las autoridades americanas, ya que en un periódico de izquierdas salieron publicados unos poemas suyos. Además tuvo que firmar entre otras cosas que no iba a matar al presidente de los E.E.U.U., aunque como recordó Mario a la hora de firmar, todos los presidentes norteamericanos fueron matados por norteamericanos. Se podría decir que Estados Unidos se le atragantó por múltiples motivos (entre ellos el racismo, la desigualdad,...) y nunca más le volvieron a conceder el visado.



Otro acontecimiento clave que sucedió en 1959 fue la Revolución Cubana que "fue un sacudón que nos cambió todos los esquemas y que transformó en verosímil lo que hasta entonces había sido fantástico. Hizo qu los intelectuales buscaran y encontraran, dentro de su propia área vital, motivaciones, temas y hasta razones para la militancia". A raíz de todo esto escribe su primer texto comprometido, "El país de la cola de paja". También escribe "Montevideanos", un libro de cuentos que tuvo mucho éxito y en 1960 obtiene su consagración definitiva con "La Tregua", sin duda su novela más alabada.



Empezará a aumentar su participación política y vivirá unos tiempos frenéticos en cuanto su actividad en todos los frentes: periodismo, literatura, política. Liderará el Movimiento de los independientes del 26 de Marzo que luego integrará el Frente Amplio (alternativa a los dos clásicos partidos: el blanco y el colorado). El golpe de estado le exiliará por multitud de paises: Argentina, Cuba, España, ...aunque seguirá escribiendo desde fuera. No fueron buenos tiempos éstos y entre los múltiples lugares destaca Cuba a la que llegó de la mano de Haydeé Santamaría y donde realizó trabajos agrícolas, además de su colaboración en la Casa de las Américas, con gente tan ilustre como Cortázar, García Márquez, Galeano,... con los que intercambiará proyectos, novedades, utopías,...esa quizás sea la parte agradable de su estancia en Cuba, pero la distancia con su pais, donde Luz cuida a dos madres y eso le hace sentirse profundamente solo y al final decide irse a Mallorca con Luz.

Allí estaba cuando se le muere Haydeé y allí es donde su maltrecha economía empieza a recuperarse gracias, entre otras cosas, a sus colaboraciones para El Pais.

Después de 10 años de exilio (vuelve en marzo del 83) inicia su "desexilio).

Paco Urondo*

"Empuñe un arma porque buscaba la palabra justa"


"...SI USTEDES ME LO PERMITEN PREFIERO SEGUIR VIVIENDO..."

Francisco Urondo nació en Santa Fe en 1930. Poeta, periodista, académico y militante político, Paco Urondo dio su vida lunchando por el ideal de una sociedad más justa. "No hubo abismos entre experiencia y poesía para Urondo." –dice Juan Gelman– "corregía mucho sus poemas, pero supo que el único modo verdadero que un poeta tiene de corregir su obra es corregirse a sí mismo, buscar los caminos que van del misterio de la lengua al misterio de la gente. Paco fue entendido en eso y sus poemas quedarán para siempre en el espacio enigmático del encuentro del lector con su palabra. Fue –es– uno de los poetas en lengua castellana que con más valor y lucidez, y menos autocomplacencia, luchó con y contra la imposibilidad de la escritura. También luchó con y contra un sistema social encarnizado en crear sufrimiento."
Su obra poética comprende Historia antigua (1956), Breves (1959), Lugares (1961), Nombres (1963), Del otro lado (1967), Adolecer (1968) y Larga distancia (antología publicada en Madrid en 1971). Ha publicado también los libros de cuentos Todo eso (1966), Al tacto (1967); Veraneando y Sainete con variaciones (1966, teatro); Veinte años de poesía argentina (ensayo, 1968); Los pasos previos (novela, 1972), y en 1973

La patria fusilada, un libro de entrevistas sobre la masacre de Trelew del '72. Es autor en colaboración de los guiones cinematográficos de las películas Pajarito Gómez y Noche terrible, y ha adaptado para la televisión Madame Bovary de Flaubert, Rojo y Negro de Stendhal y Los Maïas de Eça de Queiroz. En 1968 fue nombrado Director General de Cultura de la Provincia de Santa Fe, y en 1973, Director del Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Como periodista colaboró en diversos medios del país y del extranjero, entre ellos, Primera Plana, Panorama, Crisis, La Opinión y Noticias.
Murió en Buenos Aires en junio 1976, enfrentando a la genocida dictadura militar. "Empuñé un arma porque busco la palabra justa", dijo alguna vez.



Del otro lado.

Cuando estuvimos desesperados, alguien
contó la historia.

No se la puede escuchar serenamente, tiemblan
las manos, el corazón se encoge de dolor;
da un poco de miedo mirar a la gente, detenerse.

Ocurre lo de siempre.

Estábamos perdidos y la historia era confusa. Nada
tenía que ver con la certeza, ni
con el muslo de la bataclana. No
intervinieron traiciones; no es
una vulgar historia de fervores o de mantenidas.

Tu mano es necesaria para sobrellevarla. También
aquella vez (siempre aquella vez) apagaron
las luces y fue necesaria la presencia de tu mano.

Nos apretamos las manos en la sala impenetrable, temblamos
ante la cólera que aún no se había manifestado, que nunca
llegaría a marcarnos como sospechábamos, sino
de otra manera. Nuestras manos
procuraban ordenar el temblor, dominar el doloroso pánico;
y todo porque Humphrey Bogart había resucitado.

Estábamos perdidos en aquel
cine y él no era como el redentor; su cruz
no era un mandato, era
la inteligencia del hombre, era la resurrección
de la ciencia y de nuestros queridos finados.

Hace mucho que nos pasó esto; la mano
fría del cadáver impenitente
rozaba los sueños,
acariciaba nuestros tiernos rostros despavoridos.

Desde aquella vez no sabemos qué hacer con las historias,
con los muertos que no aceptan su desdichada condición, no
sabemos qué hacer con el miedo; no sabemos
encontrar nuestras manos, nuestra
tristeza. El mundo inconsistente.

Hubo muchas anécdotas como ésta ¿Quién
no tiene cosas horribles que contar? ¿Quién no tiene
su historia? Pero nadie supo qué decir, nadie supo
qué hacer, cuando alguien contó la historia.

Seguramente al escucharla buscarás una mano; será
como antes, pero enseguida
intentará olvidar que estuvimos tristes o asustados.

Tampoco sabrás qué decir cuando se haga tarde; lo de siempre:
tendrás ganas de llorar, y nada más.

Nadie esperaba una historia como ésta, tan lamentable ¿Por qué
no llorar entonces? ¿Por qué no perderse en la
espesura de la sala?

Se derramará sobre tu memoria,
como el alcohol que se vuelca entre los nervios y la madrugada;
la historia sobrevolará tu linda cabecita,
será un cuervo que sacudirá tus entrañas corrompidas,
que despeinará cariñosamente tu pelo



La pura verdad.

Si ustedes lo permiten,
prefiero seguir viviendo.

Después de todo y de pensarlo bien, no tengo
motivos para quejarme o protestar:

siempre he vivido en la gloria: nada
importante me ha faltado.

Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado
de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor
y miedo y apremio.

Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve
sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.

Me averguenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe,
melancólica, débil, poco interesante,

un abanico de plumas que el viento desprecia,
caminito que el tiempo ha borrado.

Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin
darme cuenta, voy iniciando
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a
cualquiera o aburrir de golpe.

Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi
memoria ha muerto y se queja
con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.

El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme,
pero lo he derrotado
para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algun día.
Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la
Cenicienta, aunque algunos

me recuerden con cariño o descubran mi zapatito
y también vayan muriendo.

No descarto la posibilidad
de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.

La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado
por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta.

Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud
y en mi destino y en la buena suerte:

sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido
y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.

Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra;
compartir este calor, esta fatalidad que quieta no
sirve y se corrompe.

Puedo hablar y escuchar la luz
y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza,
nacer con cada temblor gastado en la huida

Tropiezos heridos de muerte;
esperanza y dolor y cansancio y ganas.

Estar hablando, sostener
esta victoria, este puño; saludar, despedirme

Sin jactancias puedo decir
que la vida es lo mejor que conozco.

Rodolfo Walsh*


"...Oscuros dias de injusticia..."


"...En este clima, comprenderás que las únicas cosas sobre las que uno podría o desearía escribir, son aquellas que precisamente no puede escribir, ni mencionar; los únicos héroes posibles, los revolucionarios, necesitan del silencio... el resultado de los mejores esfuerzos intelectuales se quema diariamente, y al día siguiente se reconstruye y se vuelve a quemar..."



El gran narrador argentino abandona su habitual pudor y cuenta su vida por primera vez. En sus memorias, que se publican esta semana, aparecen su infancia, sus amores y sus frustraciones. En esta nota se cuenta cómo se hizo esta autobiografía y se anticipa un fragmento de ella.

La muerte clausura una obra. En forma límpida y despiadada divide en dos un proyecto literario: por un lado, los escritos publicados, revisados y corregidos en vida del autor; por el otro, apuntes, textos inconclusos, cartas, una suma de palabras e intenciones que comienzan a tener una vida azarosa y hasta peligrosa, porque se prestan a manipulaciones no siempre felices o, directamente, al olvido y la indiferencia de los herederos del escritor. Cuando se trata de una persona que ha desaparecido durante la dictadura militar, esa sensación de clausura se vuelve doblemente angustiosa e irreparable.

Sin embargo, Ese hombre y otros papeles personales logra rescatar valiosas páginas del autor de Operación Masacre. "Los papeles de Rodolfo Walsh que a continuación se presentan, constituyen un diario o un cuaderno de bitácora fragmentario. Gran parte de esos papeles, los archivos, los cuentos en los que trabajaba, sus anotaciones, fueron robados por el grupo de tareas que "allanó" su domicilio, en San Vicente, el 25 de marzo de 1977. Prácticamente veinte años después de su desaparición, que pretendió ser también la desaparición de su obra, Walsh merece la justicia de esta restitución, que es la restitución de sus temas y preocupaciones", señala Daniel Link, responsable de la edición del libro.

Este cuaderno de bitácora fragmentario incluye apuntes, esbozos de relatos, pero también textos publicados: desde algunas entrevistas hechas al escritor hasta un autorretrato que Walsh escribió para presentarse en Los diez mandamientos, una de esas célebres compilaciones que la editorial Jorge Alvarez editaba en la década del 60, bajo la dirección de Piri Lugones, hasta colaboraciones humorísticas para la revista Leoplán y prólogos a algunos libros. El resultado es deliberadamente caótico, porque se mete dentro del proyecto literario de Walsh; no es un testimonio estático de la tarea de un escritor, es escritura en movimiento, ideas en permanente vaivén. Walsh aparece en su atormentada intimidad, y sus obsesiones varían con el tiempo. En forma incesante aparece su inconclusa y mítica novela, que se sentía obligado a escribir, en una época en que el cuento perdía terreno en las grandes maniobras literarias y solo la novela parecía destinada a dar cuenta del tiempo cambiante y violento que se vivía. A mediados de la década del 60, la preocupación de Walsh es económica: está obsesionado porque le debe dinero al editor Jorge Alvarez y sueña con terminar esa obra, que borraría ese saldo en rojo. A comienzos de la década del 70, los tormentos son de otro tipo. ¿Qué lugar queda para la literatura en esos tiempos de militancia política? La historia es conocida y él mismo se ocupa de contarla en el prólogo a Operación Masacre. A fines de 1956 le llega en forma casual, en un café de La Plata donde se jugaba ajedrez, la primera noticia sobre los fusilamientos clandestinos de ese mismo año. Y recuerda que, en ese mismo lugar, seis meses antes, una noche los había sorprendido el cercano tiroteo con que empezó el asalto al comando de la Segunda División y el Departamento de Policía, en la fracasada revolución de Valle. "Recuerdo cómo salimos en tropel, los jugadores de ajedrez, los jugadores de codillo y los parroquianos ocasionales, para ver qué festejo era ese, y cómo a medida que nos acercábamos a la plaza San Martín nos íbamos poniendo más serios y éramos cada vez menos, y al fin cuando crucé la plaza, me vi solo". En efecto, ahí comenzó su soledad, su lucha incesante en busca de la verdad, que lo llevó a escribir apasionados libros periodísticos y dos admirables conjuntos de cuentos. Y también comenzó esa muerte, esa trágica desaparición de 1977.



RODOLFO WALSH, EL AJEDREZ Y LA GUERRA


"Recuerdo cómo salimos en tropel los jugadores de ajedrez... y cómo, a medida que nos acercábamos a la plaza San Martín nos íbamos poniendo serios y éramos cada vez menos, y al fin, cuando crucé la plaza, me vi solo".

Operación masacre.




RODOLFO WALSH, EL AJEDREZ Y LA GUERRA

"Recuerdo cómo salimos en tropel los jugadores de ajedrez... y cómo, a medida que nos acercábamos a la plaza San Martín nos íbamos poniendo serios y éramos cada vez menos, y al fin, cuando crucé la plaza, me vi solo".

Operación masacre.


* El derrotero crítico de Walsh culmina en Operación masacre, de 1957, ese testimonio fundamental que por su movimiento de página y por su entonación se graba con nitidez en un curso trágico: el que inaugura José Hernández con sus comentarios al deguello del Chacho Peñaloza en 1863, prolongado en el aguafuerte de Roberto Arlt con la descripción del fusilamiento de Severino Di Giovanni en 1931. Esos momentos portan tres blasones que corroboran las complejas y mediadas pero decisivas relaciones entre la política argentina y el espacio textual: la liquidación del gaucho rebelde, la eliminación del inmigrante peligroso y la masacre del obrero subversivo. La carta abierta de Walsh a la dictadura de 1977 –al inscribirse en esa secuencia como cuarto blasón– no sólo la continúa y ahonda sino que preanuncia ya el asesinato del intelectual heterodoxo.

* Horacio Verbitsky es hoy el continuador más notable del periodismo inaugurado por Walsh. Con una diferencia que correspondería destacar: en sus denuncias y en sus crónicas, Horacio Verbitsky pone en movimiento tal cantidad de datos y referencias que muchos de sus lectores tenemos la sensación de que se enfrentan a una polvareda inconexa o arbitraria; excepcionalmente Horacio Verbitsky propone o insinúa una síntesis o algún foco que relacione esa proliferación. Corresponde preguntar, me parece, si esa carencia reproduce los límites actuales de la izquierda intelectual: ¿No hay ejes? ¿No hay proyectos? ¿Sólo los datos en estado coloidal? Después de la muerte de Walsh, ¿ése es el síntoma de la situación desarticulada de esa franja política y cultural? ¿O, quizá, la puntuación que Verbitsky utiliza –discontinua y quebrada– presupone una figura simétrica o correlativa de la "fragmentación" convulsiva típica del discurso oficial?

* Corresponde preguntar también, en este orden de cosas, si Walsh, con los rasgos artesanales de su producción, representa una suerte de cristianismo primitivo dentro de este linaje periodístico, ¿Verbitsky, acaso, representa la institucionalización correspondiente al catolicismo?

* Con el paso del tiempo, el itinerario de Walsh va prescindiendo de la creencia en la inmortalidad o "la gloria" entendida como fama póstuma laicizada dado que cada vez más trabaja con la inquietante contingencia de lo efímero y de la cotidiana fugacidad del periodismo.
Por este flanco, Walsh puede ser evaluado por consiguiente como la figura antagónica de El triunfo de los otros: en esa pieza teatral, el protagonista de Payró se lamentaba por su dependencia de los ritmos del periodismo y, a la vez, exaltaba nítidamente los valores trascendentes del libro.
Esa relación fetichizada con la propiedad literaria y "la firma del autor" no sólo va definiendo a Payró y a los escritores canónicos, sino que encuentra en Sarmiento –como en muchos otros aspectos– el prototipo fundacional: la obsesión en los últimos años del autor del Facundo porque sus "hojas periodísticas sueltas no se vuelen" se repite como exigencia en sus diversas correspondencias; el capital simbólico que se ha ido imprimiendo en los diarios no se puede despilfarrar; urge organizarlo sistemáticamente en libro. Al fin de cuentas, si aquellos artículos sueltos representaban la base de su monumento, "el libro encuadernado y con tapas" será parte integrante del metal de su propia estatua (cfr. Michael Lowy, Pour une sociologie des intellectuels révolutionaires, 1986).
En esta zona, la relación de Walsh con el libro institucional así como su asunción del periodismo "intrascendente", corrobora finalmente sus polémicas actitudes de iconoclasta: su palabra llegó a valer más que su firma.

* Si Federico García Lorca sintetiza, tanto por su producción literaria como por su asesinato a manos del fascismo español, a la generación del 27 en su país, Walsh condensa por sus textos y por su eliminación ordenada por el fascismo argentino de los años 1976-83, la problemática mayor, las búsquedas, aciertos y fracasos de los escritores de la generación del 60. Los llamados parricidas por Emir Rodríguez Monegal. Quiero decir: "la generación del Che".

* Una vez me invitó Walsh a vivir en su casa del Tigre. En esa época su compañera era Piri Lugones. Y desde el comienzo, ese apellido turbador y el escenario del Delta nos fueron situando alrededor de una letra alegórica que solía deslizarse entre frustradas ironías hacia El Tropezón. En los atardeceres en que Walsh arreglaba su bote, la figura de Quiroga se sobreimprimía a la de Lugones; y entre ambas se iba armando una tensión que a Walsh, divertido pero sombrío, le gustaba exasperar: defendía con argumentos enmarañados pero convincentes el distanciamiento de la ciudad practicado por "el cuentista selvático"; lo justificaba por su ademán neobárbaro tan antivictoriano mientras aludía a su propia destreza con las armas y en la pesca del surubí. Su fervor, sin embargo, oscilaba entre el dorado y el pejerrey; y cuando se internaba en el escabeche, ya parecía lograr mi aprobación a sus autoabastecimientos y a su creciente adhesión a "lo elemental". Nunca llegó a aludir a Conrad ni a Gauguin.



* Dos cuentos memorables, excepcionales, tiene Rodolfo Walsh: el primero es Esa mujer, donde se produce una coreografía cargada de simetrías entre el periodista y el coronel, y que concluye –boxísticamente– cuando uno de los contrincantes, en esa dialéctica mezcla de escolástica y de marivaudage, logra quedarse con el centro del escenario mientras al otro sólo le queda hacer mutis. En este sentido, Esa mujer se convierte en un drama por el dominio del espacio textual.

* El otro cuento magistral de Rodolfo Walsh es Nota al pie: allí no sólo ese recurso tradicional va acaparando el espacio destinado al texto principal, sino que esa especie de nube corrosiva y proliferante que sube desde el pie, condiciona una tensión narrativa que trasciende los cuentos de Borges. Al fin y al cabo, el protagonista, Alfredo de León, no se limita a sintetizar, simbólicamente, el itinerario de Walsh, sino que (al situarse en el otro extremo del eficaz Daniel Hernández de Variaciones en rojo), va dibujando un antihéroe análogo a Bloom, a K o al tío Vania.

* Llegué a presentir en aquellos días que el humor cambiante de Walsh coincidía con las alzas y bajas de las mareas: descendía el río y Walsh se iba extendiendo en su hamaca y en sus opiniones sobre Hemingway. Y su desaliento marcaba silencios intercalados apenas por uno de sus ademanes más repetidos: apuntaba con el dedo a una torcaza que revoloteaba entre los sauces; cerraba un ojo; iba recogiendo el índice: "En la ciudad yo llego a perder el sentido" decía; "el problema es encontrar un conjuro". La torcaza se había depositado en la rama más alta de un álamo.

* Variaciones, colección de asesinatos resueltos como juegos de salón, no sólo remite a sus antecedentes británicos, sino a los crucigramas con su apelación al ingenio, al home y a ciertas pistas enigmáticas. Pero como género corresponde evaluarlo en virtud de su indirecta apelación a un orden social amenazado. Daniel Hernández, esencialmente conservador, con la solución de los enigmas, significativamente planteados en interiores o casas de campo, restablece mediante su accionar "privado" y amateur, los residuos de una confianza en el equilibrio de la sociedad. Se trata de un Walsh que todavía creía que con el final del peronismo 1945-55 se iban a recuperar las "tradicionales virtudes patrias".

* La serie de los irlandeses no se limita a reproducir la figura del semicírculo que casi rodea, acosa y termina por ser seducida por el protagonista. Eso, también, es faena de Daniel Hernández que se prolonga en el Gato. Pero el universo del colegio pupilo, si en la literatura argentina me remite a lo más rescatable de Juvenilia, ineludiblemente me reenvía, además, a ese fraseo de Maldoror: "Quand un éleve interne, dans un lycée..."

* Si el trayecto interno de los textos de Walsh va dibujando el pasaje desde el juego a la tragicidad, destaca, al mismo tiempo, el tránsito del ajedrez a la guerra: lo policial –como colección de estratagemas– se desplaza del lúcido acertijo intelectual al comentario de la represión. Como si Walsh fuese advirtiendo que aun Sherlock Holmes, positivista darwiniano, drogadicto y seductor, se va convirtiendo en informante, en aliado y en funcionario de Scotland Yard. Y que, incluso, en sus momentos más crispados se troca en cómplice de torturas hasta terminar como verdugo clandestino u oficial. Es lo que, por cierto, va de Variaciones en rojo de 1953 a ¿Quién mató a Rosendo? del 69.

* Piri Lugones nos dejó solos en esa casa del Delta. Ella se había trepado a la popa de una lancha y no dejó de saludarnos, mientras se alejaba, alzando el brazo y dejando que el chal le revoloteara igual a otro río diminuto, muy rojo. Walsh elogió, entonces, algunos cuentos de Setenta veces siete; insinuó ciertos reparos sobre "el crujido de los finales" y después se encarnizó con las subas y bajas de la Bolsa literaria. Recuerdo que dijo "Más veloces y más injustas que las mareas del río". Y como ese atardecer le tocó el turno al ascetismo que Walsh defendió con un fervor jansenista a medida que se entusiasmaba con la palabra "despojado" y el paladeo de algún verso de Shelley que se escandía sobre el antebrazo desnudo, yo fui proponiendo "Gallegos", "Pico Truncado" y "Cañadón de la Yegua Quemada" El prefirió el "Gran Valle". Pero ahí nos reencontramos: entre los matorrales y los caballos que galopaban sin levantar polvareda. Él se inclinaba por los zainos; yo por los alazanes. De ahí pasamos a nuestros colegios de curas: él se enterneció con el Padre Dollans que hamacaba sus caderas de matrona al tocar el armonio a pedales o cuando se señalaba la punta de los zapatos hablando del infierno. Yo me demoré demasiado con el Padre Adij y su breviario forrado con hule.
Al anochecer, mientras yo me trepaba a una silla para enroscar la bombita floja, Walsh se fue hacia el borde del río: allí se sentó en la punta del muelle de madera. Se puso a pescar. Doblaba el cuerpo sobre el agua. Parecía muy atento a su caña y a la marea que iba subiendo.

* La muerte, en Variaciones, no es mucho más que el disparador del relato. Y está vinculada a sórdidas relaciones de hijuelas, albaceas, herencias y propiedades. Después de 1955 y de Operación masacre, Walsh no sólo se desliza desde la ciudad o de lo vacacional hacia el suburbio –que nada tiene que ver con el de Gálvez, con el de Borges o con la versión de Boedo–, sino que se multiplica e historiza hasta la politización. Ya se ha insinuado: Holmes deja de fascinar a Watson; y la novela policial de enigma se va trocando en novela negra. Hasta en esta franja, el eje cultural argentino se fue desplazando de Europa hacia los Estados Unidos. El renovado suburbio de Walsh es un escenario en el que ya no hay un asesino solitario, sino donde se verifica que toda la sociedad está mafisizada: policía, sindicatos, tribunales, ejército. Vertiginosa comprobación que subraya el Bildungsroman vital de Walsh.

* Una conversión, quizá, más que un desplazamiento lineal, se puede ir verificando en otras dos comarcas de la aventura de Walsh: desde la aprobación del "heroísmo oficial" que publica frente a los acontecimientos de 1955, y su contramarcha en dirección a las investigaciones y denuncias de los fusilamientos de José León Suárez. Es que en ese tramo fue advirtiendo que la ciudad escindida en fachada y contrafrente (el carnaval y la favela en una dimensión latinoamericana), al ahondar sus muescas permanentes, instauraba de nuevo el drama.
Análogamente el paulatino distanciamiento de la industria cultural a la cual Walsh había estado vinculado al comienzo de sus publicaciones en Leoplán y en Vea y lea, subraya ese circuito periodístico con rumbo a Propósitos y a los semanarios sindicales.
El juego inaugural dejaba caer así los paréntesis alrededor del tablero, y la ironía como economía de afecto se mutaba en un escenario desnudo sin ripios ni treguas.

* El vuelo de pájaro es una constante en la manera de mirar en la literatura argentina: se da en El matadero, se reitera en el Sarmiento que contempla el cruce del Paraná por el Ejército Grande, se repite también con Alberdi en su sobrevuelo del Aconquija. Quizá La Bolsa y Lugones reproduzcan esa óptica que proyecta la perspectiva del narrador omnisciente.
Walsh, mediante sus planos explicativos, inesperadamente incurre en ese ademán. Incluso cuando describe una partida de ajedrez "vista desde arriba". Parecería que allí sobrevive una dimensión teológica.

* En aquella semana del Tigre en compañía de Walsh, una noche nos entusiasmamos elogiando a Eva Perón. Desproporcionadamente, por ahí, pero era la única manera que teníamos de disminuirlo a Perón y de conjurar su peso histórico que entonces nos abrumaba. Algo parecido nos pasó con el Che: lo elogiamos con fervor y sin matices; pero a Walsh y a mí, de pronto, también nos pareció que nuestro entusiasmo era excesivo. Pero no contábamos en aquella época con otra forma de ser reticentes con Fidel Castro. "¿Es un juego?" Walsh me dijo que sí y se rió con acidez; y se largó a imaginar una pareja de Eva y el Che. Aunque al final –ya iba amaneciendo y alguien nos llamaba desde el río– sugirió que ese presunto casal hubiera resultado un asunto incestuoso.

* Una suerte de "genealogía" se puede verificar en la serie pueblerina de Walsh: la que entreteje Fotos con Un nieto de Juan Moreira (ya sea por el nombre del protagonista –Mauricio–, ya se trate de las referencias al comisario Barraza). El otro extremo de ese linaje es el pueblo de Manuel Puig.

* Desde la vertiente del don la literatura argentina exhibe tres "manchas temáticas" fundamentales: violación (1840), conquista (1880) e invasión (1890); desde la perspectiva de los prontuarios, esos núcleos –en lo esencial– van enhebrando la persecución (1870), el fracaso (1930) y la represión (1976).

* Esa mujer resulta el capítulo sobreviviente de una crónica más con los rasgos de Operación masacre, Satanowsky o Rosendo. Sin la entonación populista de esta serie (condicionada por los medios donde se publican y por el público al que se apela), conserva un rasgo que tiene algo de residual: las alusiones a un cadáver que en Variaciones funciona como disparador del relato clásico policial. Cierto: aquí, en cambio, se trata de una ausencia-presencia aunque el "¿dónde?" reiterado remite a la constante walshiana del mapa que reordena el espacio. Incluso, las alusiones a esa mujer ausente se entretejen con "la mujer del coronel", borrosa y apenas una voz, con "mi hija" –ausente también– "en manos de un psiquiatra", y con el "mayor X" que "mató a su mujer".
A partir de ahí, se podría sugerir el recorrido a lo largo de la totalidad de los textos de Walsh: desde la convencional Herminia –de Asesinato a la distancia– "con los brazos llenos de flores" mientras "la brisa matinal agitaba sus cabellos rubios, de reflejos cobrizos, y en su cara de delicados rasgos se reflejaba una perfecta serenidad" (¿idealizada-escurridiza "versión" de Victoria Ocampo en su quinta Junto al mar?), pasando por la ya aludida Celia Ahumada, "guerrillera" de La batalla, hasta llegar a las madres borrosas de la serie irlandeses (a las que se ama y en las que se caga). Y luego preguntar: lo fundamental de los textos de Walsh, ¿exhibe un universo de men without women? ¿Se trata de un residuo literario machista, "tímido" o de alguna incomodidad retórica?

* "Me descifro en mi testamento", podría decirse de esa peculiar "carta abierta" que es Nota al pie. También aquí las mujeres –"ya no"– implican "un punto doloroso". También: poco verosímil ese obrero que proviniendo de una gomería se convierte en traductor (¿concesión a un presunto obrerismo o alusión al eventual borramiento?. Memorable interjuego entre el dinero y las palabras y sus vertiginosos significados. Excelente –y, sí– que hablando "desde la experiencia", Alfredo de León no dé consejos. Así como evidente la colección de suicidios que rescatan la imagen del protagonista y cuyo antecedente mayor es Fotos.

* El desplazamiento de Walsh desde Variaciones hacia Operación, además de inscribirse en su propia revisión del peronismo luego de 1955, corresponde contextuarlo en el impacto latinoamericano de la revolución cubana de 1959. Porque si allí hunde sus motivaciones el documentalismo de Cimarrón de Miguel Barnet, ocurre algo análogo con La hora de los hornos y La patagonia rebelde. Por sentido contrario, La batalla se frustra dramatúrgicamente al no lograr verosimilitud su dictador a lo Tirano Banderas o Señor Presidente. Así como la vehemente e increíble Celia en su rol de militanta y protoguerrillera. Desde el lenguaje vacilante entre el uso de un "tú" genérico y un "usted" desabrido, se advierte un proyecto latinoamericanista que, en función de presuntos "universales", prescinde sin reemplazarlos de los "localismos" (particulares) que en La granada hasta funcionan escénicamente con motivo de su estreno.

* El agresivo cuestionamiento que le hace Walsh a Murena en 1956 resuena como el conjuro de uno de los posibles que lo tentaron desde Sur y de La Nación. Walsh conoce esos espacios del liberalismo tradicional desde adentro; sabe de su confortabilidad, de sus complicidades y de sus miserias. Y su cuestionamiento a Murena es otra forma de tomar distancia respecto del poder cultural. Sobre todo que Murena, en ese momento, es visto y valorizado no sólo como "la joven promesa", sino como el escritor estrella, figura de marketing poco conocida entonces, y que después proliferará con rasgos cada vez más espectacularmente triviales.

* Además de un número reiterado y enigmático (ciento treinta páginas traducidas, ciento treinta libros traducidos también, ciento treinta alumnos en el colegio irlandés), la trascendencia de El aleph borgeano –del que Walsh proviene–, en Un oscuro día de justicia se dispara de manera alucinante hacia "el profético ojo del nautilo".

* Toda la literatura de libro conserva y cultiva notorios residuos de "la torre de marfil": ese mismo volumen encuadernado y más sólido tiene mucho de sagrado, prolijo y defensivo. La tapa tradicional ostenta un diseño de marquesina de teatro con el título de la obra y la corroboración del autor. También suele parecer un cofre o un portarretrato. No digamos si la foto del responsable reposa en la cubierta o se disimula a medias en esa especie de bambalina representada por la solapa. Con la foto en la contratapa, el libro suele aludir al mazo de naipes de algún prestidigitador. Y qué decir del texto que ahí se imprime, generalmente redactado o inspirado por el autor (especulando con la imagen de sí mismo con la que quiere ser visto) y que suele ser tan convencional como las explicaciones que se imprimen en los programas de mano de los teatros. "Todo el libro, en fin, tiene un aire de afectación" (cfr. Daniel O'Hara, The Romance of Interpretation, 1985).

* El libro como tal, entonces, no sólo cultiva un aire confidencial que generalmente se comprueba en su arquitectura que, desde una perspectiva urbanística, suele resultar abollada. De esos términos Walsh fue cada vez más consciente. Y más crítico. Y en su pasaje definitivo hacia el periodismo heterodoxo llegó a presentir que realmente se iba exponiendo a "la luz pública" como alguien maquillado que sale de su casa para entrar a la calle.

* Alguna vez el mismo Walsh aludió al parentesco del libro tradicional con la pintura de caballete asociando, en cambio, la escritura periodística al muralismo: era el escritor consabido que optaba por la coralidad; un modelo anterior que se reiteraba en la Argentina definido por el tránsito desde la literatura como vanguardismo a la literatura –en circunstancias que se exasperaban– vivida como guerra civil.

* Al final de su itinerario, Walsh alude a su pasaje desde "los tiempos de la inocencia" hacia el duro y lúcido reconocimiento de la historia, la ciudad y el mercado. Podría decirse –glosando un texto clásico– que en 1977 Walsh ya "sabe los grandes secretos del poder de la burguesía".

* Si recorremos por última vez la cartografía de la literatura argentina a partir de sus contradictorias relaciones con la política y el Poder, se podría ir formulando –al evaluar las diversas prácticas de Walsh– una suerte de ecuación: a mayor criticismo y heterodoxia, mayor riesgo de sanción. El típico estar fuera de lugar de los escritores heterodoxos de la Argentina al estilo de Martínez Estrada debería traducirse aquí como un réquiem o un epitafio.

* En una última (o penúltima) instancia, si tuviera que simbolizar el itinerario de Walsh, echaría mano de escenarios de la Biblia. Con una cita de Daniel arranca Walsh. Entonces, uno, el inicio como descifrador frente al semicírculo de los cortesanos de Nabucodonosor. Dos, hacia 1956, y mediante Operación, el camino hacia Damasco. Y tres, por último, con su carta abierta a la Junta Militar, en 1977, el sacrificio del Gólgota.

* No postulo aquí la comunión de los santos. Pero tanto en su travesía como en su producción, Walsh, no sólo descalifica la teoría de los dos demonios que equipara de manera simétrica y fraudulenta la subversión libertaria con el terrorismo de Estado, sino que, a la vez, reactualiza "la violación" mediante la cual El matadero y la Amalia inauguran con perfiles propios a través de una mutación de la literatura argentina. Claro: pero invirtiendo la violencia que si en Echeverría y en Mármol se producía desde los de abajo hacia el cuerpo y la vivienda de los señores, en 1977 se ejecuta desde el Poder en dirección a un escritor crítico.

domingo, 28 de septiembre de 2008

La casa del Oso Pando por Sandra Russo


“¡Yo puedo no estar de acuerdo con un periodista, pero no me voy a ir a las manos!”, decía Cecilia Pando, promediando el 2006, en una entrevista concedida a Para Ti, después de que en el acto organizado por la Comisión Permanente de Homenaje a los Muertos por la Subversión en Plaza San Martín, un grupito de adherentes moliera a golpes a un cronista del canal América. La nota se titulaba “El señor Pando”, en referencia al mayor retirado Pedro Mercado, su marido y el padre de sus siete hijos. Lo que tiene Para Ti es que logra meterse allí donde uno jamás podría. En este caso, el hogar Pando-Mercado, un “luminoso departamento de cuatro habitaciones ubicado en Belgrano”, donde esa linda familia numerosa pasa sus días, en ese barullo delicioso de peluches y cuadernos que suponen tantos críos.

En ese sentido, el mayor retirado Mercado es un hombre moderno, que cuida de su hogar mientras su esposa anda de juicio a represor en juicio a represor, o se infiltra en actos presidenciales, aprovechando la credencial que le cede una diputada pattista. ¡Qué dirían nuestras abuelas de este estilo novedoso de familia en la que el hombre queda a cargo del cuidado de los niños mientras la madre de familia activa a favor de la teoría del enemigo interno! Sí, los Pando-Mercado eran nota. Marcan tendencia.

Aunque “El señor Pando” era el motivo de la entrevista, todavía no lo dejaban hacer declaraciones, así Cecilia no pudo con su genio protagonista y contestó casi todas las preguntas. Como la molida a golpes del periodista de América estaba fresca, aprovechó la ocasión para hacer descargo. “Me quedé helada”, dijo, y eso que ella es tan cálida. De sólo verla se aspira su ternura. No tiene nada contra los periodistas, aclaró, y por si no bastara agregó que “es más, mi hermana, que vive en Bariloche, es periodista, y mi hijo más grande quiere estudiar Comunicación”. ¿Suena a que tiene un amigo judío? No es para tanto, pero sin embargo, si el jueves pasado alguien entraba al foro de lectores de La Nación y leía el debate encarnizado desatado por la sacada de Cecilia en los tribunales de Corrientes, se encontraría con mensajes que curiosamente el moderador no había vetado, y que correo va, correo viene, intercambiaban datos sobre los apellidos maternos de la Presidenta y el ex presidente, buscando orígenes judíos y “atando cabos” (sic) sobre la lista de funcionarios con apellidos de “ésos”. El moderador del foro se debe haber distraído y no vetó un correo en el que un lector explicaba cómo “los judíos” del kirchnerismo están repartiéndose todas las “áreas productivas” en una tenebrosa lista de apellidos y empresas y ocupaciones. Pando despierta estas inquietudes genealógicas entre los lectores de ese diario. Y no lo digo porque esté a favor del veto de correos, pero en un foro en el que un moderador aprueba o veta correos, y muchos correos aparecen vetados, uno no puede menos que preguntarse qué será lo vetado si lo que se publica es esto.

Volviendo a Para Ti, se le preguntaba a Cecilia qué opina su marido sobre “tus polémicas apariciones públicas”, y ella decía “Nada, pobre… No me dice nada, no se mete”. Haberla visto fuera de sí hace comprensible que el mayor retirado Mercado la deje hacer. “Tu marido le confesó a Para Ti que ‘perdés los estribos fácilmente’”, le susurraba la cronista, que tuteaba a Cecilia en ese clima de intimidad femenina tan linda. Se ve que Mercado sabe con qué buey ara, y la deja a su aire. “Yo me enojo con él cuando me hace notar que a veces me paso de la raya, pero sé que tiene razón: tengo que aprender a dominar mi carácter”, se sinceraba ella. El tiempo transcurrido no ha servido para que nuestra activista alcance ese objetivo. Su carácter permanece indómito. Aunque en el foro de lectores de La Nación los mismos correos que rastreaban semitas insultaban uniformemente a la Presidenta con el adjetivo de “bipolar” (un insulto nuevo, muy porteño), parece que es Cecilia quien debería consultar a algún profesional por sus rabietas. Primero, como toda mujer moderna, se limitaba a expresar libremente sus opiniones a viva voz, pero ahora hace gestos de degüello, profiere amenazas de muerte y escupe cosas tales como “yo misma me voy a ocupar de hacerte mierda”, lo cual se escuchó en el audio perfectamente y si bien es parte de su personalidad y una señal de coraje según sus seguidores, no cuaja con la imagen de una madre que, sabemos, por más moderna que sea, debe albergar comprensión y remanso para los suyos.

El problema es que a Cecilia la pone de mal humor “la injusticia” pero también “no estar todo el tiempo que quisiera en casa”. ¡Está condenada al mal humor! Ah, cómo comprendemos a Cecilia las mujeres que trabajamos y llevamos adelante el hogar. Nos pasa a todas. No obstante, ojo Mercado: enterada de la confidencia que el marido le había hecho a la cronista, Cecilia disparó un inquietante “¡Ay! ¡Lo voy a agarrar y lo voy a matar a mi marido!”. Esto es para que se vea que Cecilia no tiene nada personal en contra de Luis Eduardo Duhalde ni contra los organismos de derechos humanos. Ella les dice esas mismas cosas a sus seres queridos. Son formas de decir, que el periodismo malinterpreta.

Los Mercado-Pando se entienden de maravillas y reparten sus roles. Sobre la educación de los chicos se conversa, “pero la decoración es territorio mío”, dice ella, mujer castrense al fin, que también se ocupa de vestirlo al mayor retirado. “Si fuera por él, andaría siempre vestido con la misma ropa. ¡Entonces le estoy encima!”

En realidad, el mayor retirado no podía hacer declaraciones y se limitaba a asentir o negar, en la entrevista, lo que su mujer decía. Se ignora qué diría si pudiera hacer declaraciones. Da la impresión de que seguiría asintiendo o negando lo que dice su mujer. En un aparte, la cronista le fue de frente y le preguntó a él: “¿Quién lleva los pantalones en esta casa?”. Y el mayor retirado dijo: “Yo. Bah, no sé, preguntale a ella”.

Lo cierto es que el sueño de Cecilia es que él estudie, porque “no es sano que esté en la casa todo el tiempo”. Si lo sabrán millones de mujeres con maridos desocupados. Los pobres pierden personalidad, seguridad, identidad. Cecilia le sugiere que estudie Ciencias Políticas, que es una linda carrera. “Siempre le digo: ¡dale, y te sumás a la causa conmigo!”

sábado, 27 de septiembre de 2008

La historia de las Madres


En 1976, cuando la dictadura militar argentina inició su brutal baño de sangre y el genocidio mas aberrante de la historia del país, un grupo de mujeres reaccionó con admirable coraje iniciando, paso a paso, un camino de lucha y resistencia que hoy es ejemplo de nobleza y dignidad.
Eran las madres de toda una generación de jóvenes trabajadores y estudiantes, militantes populares que habían sido secuestrados por la salvaje casta militar.
En medio del horror y de la barbarie ellas se fueron levantando, encontrando y reconociendo. Dándose mutuos consejos, ideas y fuerza comprendieron rápidamente que la lucha individual no daba resultado y decidieron trabajar juntas y organizadamente.
Es así como el 30 de abril de 1977 hacen su primera aparición en la Plaza que luego les daría el nombre y pasaría a ser de ellas para siempre.
No fue esta una fundación sinó el despertar, pleno de energías, de quienes eran despojadas de lo que mas entrañamente les pertenecía y el comienzo de una evolución política que las llevará a levantar las banderas revolucionarias de sus hijos, las mismas que históricamente han erguido nuestros pueblos contra la opresión imperialista.
Así, mientras los políticos y burócratas sindicales se retiraban, ciegos y sordos, a un "letargo invernal", las Madres comenzaron su camino en busca de Verdad y Justicia.
Mientras la jerarquía eclesiástica y la casi totalidad de la Iglesia se recluía en sus templos y ofrecía la comunión a los asesinos del pueblo, las Madres exigían "Aparición con Vida" de los 30000 desaparecidos.
Su clamor claro y justo fué de una valentía tal que los propios verdugos se sorprendieron y creyendo que las fuerzas de estas mujeres se acabaría pronto, las llamaron "locas".
Las amenazaron, las golpearon, las persiguieron y hasta secuestraron a algunas de ellas; pero la lucha iniciada siguió creciendo firme, coherentemente y sobrevivió a la misma dictadura.
Cuando ya en democracia se decidió poner "Punto Final" y correr la cortina de la impunidad sobre los delitos de lesa humanidad cometidos, las Madres no cayeron en trampas ni se dejaron engañar o comprar con indemnizaciones, homenajes o monumentos y le dijeron al País y al mundo que la vida no tiene precio y la dignidad no es atributo de los corruptos.
Madres de Plaza de Mayo ha extendido su ejemplo de lucha acercando su solidaridad a otras madres de desaparecidos y presos políticos de Latinoamérica y el mundo; participando activamente en las luchas sociales de los que creen que un orden mundial mas justo es posible.
Denuncian que la falta de trabajo es un delito y que se esta desarrollando otro genocidio cuando se permite que el pueblo sufra hambre y miseria, cuando mas de 100 niños al día mueren de hambre o enfermedades curables, cuando los ancianos carecen del derecho a una vejez digna y los jóvenes no tienen esperanzas de futuro, condenados a la desazón.
Han llevado su solidaridad,entre otros, a los hermanos zapatistas, a Los Sin tierra de Brasil y al pueblo Cubano donde estuvieron junto a Fidel en la Plaza de la Revolución el 1 de Mayo de 2000.
Se expresaron innumerables veces en contra los bloqueos americanos contra Cuba e Irak; contra los arbitrarios bombardeos de la Nato y EEUU al pueblo Yugoslavo y contra toda otra intervención o atropello militar que el imperio decide realizar: el apoyo a Israel en la violentísima e ilegítima ocupasión de los territorios árabes en Palestina; la guerra desatada a partir de los acontecimientos del 11 de septiembre contra el pueblo de Afganistán y todas las amenazas belicosas hacia Corea del Norte, Irán, Irak, Colombia, etc.
Sin claudicaciones, con su Memoria Fertil, después de 24 años de trabajo militante Madres sigue apostando al futuro.
Desde su Casa de Madres, desde la Librería y Café Literario, desde la Universidad Popular las Madres de Plaza de Mayo, hoy también Madres Piqueteras, hacen posible que los jóvenes se capaciten y se formen política, ética y humanamente en el trabajo por un orden social mas justo.
Quienes las apoyamos, acompañamos y ayudamos sentimos que esta es una tarea que nos llena de orgullo y esperanzas y no podemos menos que agradecerles lo que ellas son y significan y por haber puesto la grandeza de la maternidad al sevicio de la revolución y el cambio.

Mis amigos de la Radio...


Breve artículo sobre la historia de la radio en la Argentina

Antecedentes

Al hablar de la experimentación con ondas inalámbricas en la Argentina tenemos que recordar la figura de Tebaldo Ricaldoni, ingeniero uruguayo que desde el año 1892 comenzó a enseñar e investigar en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Investigador y docente entusiasta dedicado al gabinete o a su taller particular. Nombrado oficial de instrucción pública por el gobierno de Francia en 1899 aproximadamente. El prestigio ganado por Ricaldoni hizo que fuera incluido en el equipo que convocó Joaquín V. González para fundar la Universidad Nacional de La Plata. Al Ingeniero Ricaldoni se le adjudicó la formación y dirección del Instituto de Física.
En 1898 se había instalado en Buenos Aires una pequeña estación experimental construida por el Ingeniero Ricaldoni, basándose en las experiencias de Branley, Popoli, Hertz y Marconi. La estación era algo rudimentaria, pese a ello Ricaldoni consiguió comunicarse con otra estación similar que funcionaba a bordo del vaporcito “Vigilante” a 50 Km. de distancia.
El primer radiotelegrama fue transmitido a una distancia de 9 Km. donde el ingeniero Ricaldoni saludaba desde la dársena Norte del puerto de esta capital al presidente Roca a bordo del “vigilante”, cuando este último regresaba de hacer una entrevista con el presidente de Chile.
El aparato receptor empleado por Ricaldoni se diferenciaba del de Marconi en el cohesor que en lugar de tener un tubo de vidrio, tenía uno de ebonita, con una pequeña cantidad de bismuto entre las limaduras. El transmisor consistía en una bobina de Ruhmkorff y un chisporroteo formado por dos esferas de metal de 30 centímetros de diámetro, la descarga se obtenía mediante un condensador de capacidad eléctrica apropiada.

De radioaficionados se trataba

Desde 1910 existían radioaficionados en Buenos Aires y desde la ciudad de Bernal, pleno campo en ese momento, recibieron comunicados de bases en Canadá e irlanda. Desde 1898, ingenieros como Ricaldoni o Belloq realizaron experiencias precarias de telegrafía inalámbrica. En 1913, Belloq recibió la primera licencia de radioaficionado.
En 1915 jóvenes radioaficionados de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza constituían una especie de hermandad que se comunicaba noticias, entablaba charlas a distancia y hasta intercambiaba recitales de piano o violín.
Fue en el año 1917 que el doctor Enrique Telémaco Susini les dijo a sus tres amigos estudiantes de medicina y radioaficionados: “Miren, muchachos: si un día, nosotros, pudimos escuchar por radio el canto de un gallo, debe existir la posibilidad de transmitir la voz humana. O la música. Se imaginan que grandioso sería?”. Al grupo le sobraba imaginación, como para suponer ya lo que Susini planeaba. Enrique Susini, de 25 años, su sobrino Miguel Mujica, de 18, César Guerrico y Luis Romero Carranza, de 22 años, tenían el asunto de la radio y el deseo y la necesidad de una transmisión masiva desde aquel momento en sus pensamientos. No sabían que muy pronto podrían materializar ese proyecto que les permitiría impulsar un invento capaz de trasladar a todos los pueblos el sonido y las voces de las personas dentro de nuestro país.
El grupo seguía con pasión la información disponible en forma de libros, y revistas sobre radio que llegaba hasta ellos. Los principios de Hertz, Braun y Marconi, iban creando en ellos un banco de conocimientos y un cúmulo de inquietudes que los iba acercando a los secretos del descubrimiento y uso de “la transmisión inalámbrica, sin conductores y a distancia”, a la que el ruso exiliado en Estados Unidos, David Sarnoff, le había puesto una marca en 1916 cuando logró transmitir por aire información, música, noticias, ideas.
Con la guerra del 14 se interrumpe la llegada de material bibliográfico a la Argentina sobre radiotelefonía. Durante el conflicto bélico la radio crece, pero trincheras adentro, y forma parte de un arsenal, de esta manera se transforma en un instrumento estratégico para quien la tiene y la sabe usar como medio de comunicación.

Volviendo a nuestro país, a partir de 1912 en Buenos Aires, algunos radioaficionados, adolescentes, como Ernesto Pita Romero, acostumbraban a compartir lecturas del Martín Fierro o a pasar discos desde su equipo, había un personaje llamado Ignacio Gómez Aguirre, quien recibía la transmisión y la respondía mediante el sistema Morse, era un muchacho de la barra de Susini que colaboró hasta el 26 de Agosto de 1920 en la preparación del lanzamiento de la radio.

En 1917 Susini ingresa como médico de la armada. Al finalizar la guerra en 1918 ésta le encarga a Susini que estudie en los frentes de batalla el efecto de los gases asfixiantes y paralizantes sobre las vías respiratorias. En el ejército francés consigue algunos equipos de radio casi abandonados, con transmisores de 5 kilowats de potencia y poco uso, válvulas de rezago marca Phaté y lámparas marca metal en buen estado. Con estos equipos, los datos obtenidos en Europa más los datos sobre su especialidad médica vuelve a la Argentina.
Con estos nuevos conocimientos y elementos técnicos traídos de Europa, sumando todas las ganas por realizar una transmisión digna de una primera vez, el grupo decide que esa transmisión será la de Parsifal, desde el teatro coliseo el 27 de Agosto de 1920. El equipo se veía precario. El único micrófono que se pudo conseguir para tomar los ruidos del ambiente era uno para sordos, que fue ubicado en el paraíso del teatro coliseo. Este transmisor de 5 humildes Vatios “volvía a pelear como en la guerra”, instalado en la azotea del edificio, los alambres para bobinas, los transformadores, los condensadores, todo estuvo listo ese 27 de Agosto y funcionando como correspondía. Entre el teatro y la cúpula de la casa de Cerrito y Charcas fue colocada la antena. La transmisión fue realizada con éxito aunque todavía en aquella época escuchada por pocos. Desde ese momento los programas siguieron sin interrupciones. Al siguiente día se transmitió Aída, por la tarde nuevamente Parsifal y a la noche Iris, con Gilda Dalla Rizza y Benjamino Gigli. El Lunes pasaron Rigoleto, después Manón, y actuaciones especiales de la compañía lírica del teatro municipal de Rió de Janeiro.
Susini definió al grupo de amigos de la siguiente manera: “Éramos médicos estudiosos de los efectos eléctricos en medicina, y también radioaficionados, lo suficientemente bien informados como para estar a la vanguardia. Pero básicamente éramos personas imaginativas, amantes de la música y el teatro y por eso se nos ocurrió que este maravilloso invento podía llegar a ser el más extraordinario instrumento de difusión cultural”. “Según el historiador Edgardo Roca, la radiotelefonía argentina nació como un entretenimiento de aficionados que jugaban a transmitir y recibir. Pero el tiempo, afirma Roca, transformó ese hobbie de locos de la azotea en algo imprescindible en todos los hogares.”
Para redondear este artículo vamos a recordar a Adolfo Cirulli, que con 13 años de edad se convirtió en el colaborador más eficaz de Susini, formando parte entonces de los pioneros de la radio. Si bien todavía no había una terminología para cada rol desempeñado en la radio, podemos decir que Cirulli fue operador de sonido, disc jockey, locutor, productor y asistente de primera categoría. Cada 15, 30, y 60 minutos golpeaba sobre una lata de aceite vacía, anunciando la hora oficial. Como vemos en todo esto había pasión, ganas, deseo y necesidad de hacerlo.

jueves, 18 de septiembre de 2008

LAS MADRES. LOS HIJOS. LOS LÁPICES.


1977 - 30 años de vida venciendo la muerte - 2007



La Asociación Madres de Plaza de Mayo fue invitada a participar a un acto en el Colegio Nacional de la Universidad Nacional de La Plata. A 32 años de la noche de los Lápices.
Estuvieron presentes, además, los ministros Juan Carlos Tudesco, Florencio Randazzo y Julio de Vido, el gobernador Daniel Scioli, y su vice, Alberto Balestrini, el intendente Pablo Bruera, el Presidente de la Universidad Nacional de La Plata Gustavo Aspiazu y el rector del Colegio Nacional de La Plata Gustavo Oliva.
Las palabras de Gustavo Oliva, agradeciendo los aportes del gobierno nacional para reconstruir el edificio centenario, inspiraron a la Presidenta que recordó los años 70 en la ciudad de La Plata, e inclusive una marcha en repudio al golpe de Allende, que la llevo a mencionar su presencia ayer en Chile, en la Casa de la Moneda para solidarizarse junto a los mandatarios de UNASUR con el pueblo boliviano y su presidente Evo Morales Ayma.
Cristina Fernández señaló que “todos los pedazos vuelven a juntarse y pudimos volver a reconstruir” y que hoy el recuerdo no tiene que ser de tristeza, “al contrario, tiene que ser de alegría, porque en aquellas épocas duras, de enfrentamientos, había también alegría porque se quería cambiar un mundo y una sociedad que la vivíamos como injusta”.

Estuvieron presentes, también, Emilce Moler, una de los sobrevivientes de aquella masacre, junto a Pablo Díaz, Gustavo Calotti y Patricia Miranda, y familiares de los desaparecidos Claudio de Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel Racero, Daniel Favero y Horacio Úngaro.

Tras finalizar el acto, las Madres se dirigieron a la explanada del Ministerio de Obras Públicas, donde cada año finaliza la movilización que los estudiantes secundarios realizan para reivindicar a los jóvenes desaparecidos. Allí Hebe de Bonafini dirigió las siguientes palabras a los estudiantes:
“Cuando uno escucha fechas y recuerda momentos, pensamos en tantos, en tantas noches de los lápices que vivimos, en esta ciudad sobre todo. Pero también en otras: ‘La noche del apagón’, en Jujuy; ‘La noche de las corbatas’, de Mar del Plata; ‘La noche de los lápices, por supuesto, hoy estamos acordándonos, La noche, también, de los compañeros de los ingenios, y la noche de cada una nosotras, cuando empezaban a llevarse a nuestros hijos. Cada día las madres tenemos un día: una mira y dice ‘hoy es la fecha en que se llevaron a mi hijo’, ‘hoy cumpliría años’. Al otro día viene otra y dice ‘hoy me destruyeron y quemaron la casa’. Todos los días, todas las horas y todos los minutos es para acordarnos de ellos, de los 30.000, de los que dieron la vida por este país, de los que dieron la vida para que hoy nosotros podamos estar acá. Ustedes son muy jovencitos y están empezando una lucha. A mí me pone muy feliz ver que los jóvenes comiencen la lucha, me parece maravilloso porque los jóvenes tienen que ser rebeldes, lo más rebeldes posible, no formando tribus como se acostumbra ahora. La rebeldía hay que ponerla donde hay que ponerla, que es donde hay que poner los huevos para luchar como revolucionarios.
Y una cosa también les digo chicos. Muchas veces nos dicen que somos pocos o a veces ustedes quieren armar una reunión y no vienen todos, los llaman, vienen la mitad. Las Madres empezamos catorce. Catorce madres, nadie nos quería dar bola. Decían ‘están locas, van a enfrentar a la dictadura en una plaza, las van a matar’. Sí, algunas de nosotras desaparecieron, algunas de nuestras madres desaparecieron, es verdad, y nos ponían siempre presas. Pero cuando uno tiene un objetivo claro, que supuestamente es el que ustedes se tienen que marcar, que es hacer este país, construir este país, poner todo lo que son, que tienen ustedes, para que este país sea el que quisieron los chicos de la noche de los lápices. No nos olvidemos de ninguno de los 30.000. Ustedes van a hacer los responsables de que este país sea lo que todos queremos, lo que todos nos merecemos. Y no importa cuando nos dicen que somos pocos, siempre nos dicen que somos minoría. Si nosotros les hubiéramos hecho caso a los políticos, que nos decían ‘están locas, las van a matar’, hoy no estaríamos recordando aquí la noche de los lápices.
Es maravilloso que la juventud luche pero vuelvo otra vez a hablar de nuestros hijos. Lucharon y eran felices y si ustedes alguna vez piensan que están cansados, traten de volver a un momento de felicidad. Porque cuando uno se cansa de luchar, ya no está haciendo las cosas bien. La lucha nunca nos puede dar cansancio, la lucha tiene que ser apasionada, revolucionaria, con todo lo mejor que tenemos y también a ser felices, aprender a cantar, a disfrutar de la vida. Ser rebelde no quiere decir que hay que estar todo el día pensando en la revolución.
La revolución se hace cada mañana cuando uno se levanta y dice ‘qué carajo voy a hacer hoy por el otro’. Y metense en la cabeza: ‘el otro soy yo, el otro soy yo, el otro soy yo’; y así vamos a construir este país, cuando pensemos en el otro. Qué le pasa al otro, me pasa a mi, y la verdad ajustada como un guante y traten, por todos los medios, cuando los difaman, porque hoy no hay oposición, hay difamadores, no hay oposición por desgracia, ojalá hubiera una oposición seria, hace falta la oposición para gobernar pero hoy hay difamadores. No hay que contestar la difamación. A la difamación se responde con laburo, con marchas, con trabajo y sintiendo que la revolución llega inexorable, lentamente, a cada uno de nosotros, primero para después hacer la revolución entre todos. Gracias”